La Iglesia Cristiana

por Dallas Witmer

un folleto publicado por
Publicadora Lámpara y Luz

Adivine este enigma: ¿Qué cosa viviente es tan grande como la tierra, llena de luz, comprada por sangre, inconquistable, y que sólo sostiene la verdad? La respuesta está escrita en la portada de este tratado. Sólo la iglesia cristiana puede ser todo esto. Dios en Su Palabra la describe así, llamándola la esposa de Cristo, el monte que llena la tierra, la ciudad de Dios y la columna y baluarte de la verdad. También sabemos que Jesús fue crucificado, derramando Su sangre con la cual compró la iglesia al diablo. Cristo aseguró a Sus discípulos que aun "las puertas del Hades no prevalecerán contra ella." ¡Qué privilegio es ser parte de esta iglesia!

Nuestra próxima pregunta es ésta: Aparte de los simbolismos ya mencionados, ¿en qué, piensa usted, consiste la iglesia cristiana? ¿Es la iglesia el grande edificio que se encuentra en frente del parque? ¿Es cierta congregación, una organización; o qué?

La iglesia cristiana. ¡Qué frase tan conocida pero rica en significación! La iglesia cristiana es el cuerpo de creyentes, salvado por la sangre del Señor y fiel a Su Palabra. Dios ama a la iglesia.

¿Por qué usamos el sentido singular? ¿No hay muchas clases de iglesias cristianas? Hay la iglesia católica, la bautista, la metodista, la menonita, la pentecostés, la mormona y muchas más.

¿No son todas buenas? ¿No se puede referir a todas como iglesias cristianas?

Sin duda nuestro mundo entero es mejor por causa de sus iglesias. La influencia de muchas iglesias ha contribuido al bienestar de muchos por medio de sus obras bienhechoras. La norma de vivir y la moralidad de muchas comunidades han subido al establecerse allí una iglesia. De cierto, miles de almas han sido salvadas, cambiadas de pecadoras a santas por medio de los programas misioneros de varias iglesias evangélicas. Pero amigo, tenemos que ser francos: la Biblia es una, Dios es uno, Cristo es uno, el Espíritu Santo es uno, y la iglesia cristiana es una, no muchas. Todo el bien que una iglesia pueda hacer no pagará por su desobediencia a las claras enseñanzas de la Biblia ni la hará una iglesia cristiana. El propósito de este tratado no es para exaltar un nombre denominacional y declarar que ésta es la iglesia, ni ninguna otra. En este folleto queremos tratar la norma alta de la Biblia para la iglesia cristiana. El Nuevo Testamento, el único libro de reglas para el cristiano, presenta principios claros tocante a lo que debe ser la iglesia. Por medio de este estudio bíblico y por su propio estudio de la Biblia, usted debe poder averiguar si hay, o no hay, en su comunidad una iglesia que pudiera llevar el título excelso de "La Iglesia Cristiana."

Como su nombre sugiere, la iglesia cristiana fue establecida por Cristo. El la compró con Su sangre (Hechos 20.28). La fe en la muerte violenta y la resurrección de Jesucristo es la creencia más fundamental de la iglesia. Para dar valor a esta creencia, uno tiene que creer que Jesucristo es el Hijo de Dios (Mateo 16.16). Cuando Pedro primeramente confesó que Jesús era el Cristo, el Hijo de Dios, Jesús declaró que sobre esta roca (El Mismo, el Hijo de Dios, no Pedro), El edificaría Su iglesia. Todo aquel que quiera ser miembro de esta iglesia tiene que hacer la misma confesión que Pedro--"Tú eres el Cristo."


SU PUREZA

Hoy en día entre tantas iglesias que se llaman cristianas, la iglesia verdadera se conocerá primeramente por su pureza. "Cristo amó a la iglesia, y se entregó a Sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha" (Efesios 5.25-27). Esta descripción no es solamente un idealismo, sino una realidad. Dios espera tal santidad y pureza de Su iglesia, los redimidos por Su sangre.

Ninguna iglesia puede ser más pura que los miembros que la componen. La primera clave, entonces, de mantener una iglesia pura, es componerla solamente de las personas que viven vidas puras. Los administradores de la iglesia cristiana pueden dejar entrar a la iglesia solamente a los que han sido renacidos, limpiados en la sangre de Cristo. Cada miembro retiene su membresía solamente entre tanto que permanece puro. Un solo pecado en la vida de un solo miembro mancha a la iglesia entera. Para quitar esta contaminación, tal persona tiene que ser excomulgada. "¿No sabéis que un poco de levadura leuda toda la masa? Limpiaos, pues de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura" (1 Corintios 5.6,7). La excomunión es parte de la disciplina de la iglesia. La disciplina es la única manera para limpiar a una iglesia contaminada.

Hay falsos maestros que dicen que la iglesia visible no importa con Dios; que a El le importa solamente la iglesia invisible. La iglesia invisible se compone de todos los cristianos en el mundo; los de corazones limpios que siguen las enseñanzas de la Biblia lo mejor que saben. Es cierto que la membresía en alguna iglesia no lo hace seguro que uno es cristiano o miembro de la iglesia invisible. Pero el plan de Dios es que todos los miembros de la iglesia invisible se junten y se unan en iglesias visibles. Juzgando por sus obras, los administradores de la iglesia deben excluir de la iglesia visible todo aquel que no es miembro de la iglesia invisible.

En todo el Nuevo Testamento leemos acerca de la iglesia organizada en congregaciones. San Juan en el libro de Apocalipsis escribe a la iglesia en Efeso; a la iglesia en Pérgamo; la iglesia en Tiatira, etc. El Señor hoy día también se dirige a la iglesia organizada, no a individuos aislados. La iglesia cristiana, pues, es tan visible como el hombre cristiano. Solamente una iglesia visible llena el requisito de ser "la luz del mundo" (Mateo 5.14). En toda comunidad la gente debe poder decir, "¡Allí está la verdadera iglesia cristiana!" Qué lástima que esto no puede decirse en la gran mayoría de las comunidades.

El Señor tiene tanto interés en la iglesia visible que El dio muchas instrucciones en el Nuevo Testamento tocante a su bienestar. Dése cuenta de estas instrucciones de cómo mantenerla pura.

  1. LA PREDICACION DE LA PALABRA es un método que Dios ordenó para preservar pura la iglesia. "Te encarezco . . . que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina" (2 Timoteo 4.1,2).

  2. LA DISCIPLINA DE LA IGLESIA es otro método. Esto se lleva a cabo ambos para salvar al errante y para advertir a los demás. Si excluimos al pecador del cuerpo de Cristo, entonces su influencia no obscurecerá la luz del testimonio que brilla de la iglesia.

    Hay tres clases de disciplina que se aplican a tres clases de pecado en la iglesia.

    1. En el caso de ofensas personales el errante debe ser amonestado tres veces. "Si tu hermano peca contra ti, vé y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano. Mas si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra. Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano" (Mateo 18.15-17).

    2. Uno que causa divisiones en la iglesia debe ser amonestado dos veces. "Al hombre que cause divisiones, después de una y otra amonestación deséchalo" (Tito 3.10).

    3. El pecador evidente que comete graves pecados debe ser excomulgado sin ninguna amonestación. "No os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis . . . . Quitad, pues, a ese perverso de entre vosotros" (1 Corintios 5.11,13).

    El juicio o la disciplina de la iglesia es para la salvación del que peca. Lo hace entender cuán grave es su pecado. "Siendo juzgados, somos castigados por el Señor, para que no seamos condenados con el mundo" (1 Corintios 11.32). El juicio y la misericordia del Señor se unen en la disciplina de la iglesia. La iglesia que no la practica es ambas injusta y cruel. No puede ser la verdadera iglesia cristiana.

    "La iglesia del Dios viviente (es la) columna y baluarte de la verdad" (1 Timoteo 3.15).


LA SEPARACION DEL MUNDO

El pueblo de Dios en todas la edades se ha guardado separado del mundo. Cuando no se puede ver una distinción clara entre la iglesia y el mundo, la iglesia no puede considerarse cristiana. Las enseñanzas del Evangelio de Cristo se oponen directamente a la naturaleza humana. "La amistad del mundo es enemistad contra Dios" (Santiago 4.4).

La iglesia de Cristo, tan santa y pura, mostrará su separación del mundo en su modo de vivir, de hablar, vestirse y aun en su pensar.

"Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento" (Romanos 12.1,2).

La desconformidad a este siglo significa en lenguaje claro LA SEPARACION DEL MUNDO. La renovación de nuestro entendimiento cambiará completamente nuestra manera de pensar. Cuando la mente cambia, todo cambia. Todas las atracciones del mundo pierden su vislumbre. Al convertirse uno no deseará más que servir al Señor y obedecer Su santa voluntad. Tal vida le hará apartarse del mundo sin más esfuerzo de su parte.

Un área donde nuestra separación del mundo se hace muy evidente está en la no resistencia al que es malo. "No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra; y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses. Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos" (Mateo 5.39-45). ¿Quién amando al enemigo lo matará en la guerra? La iglesia cristiana no incluirá como miembro a ninguno que participa en lo militar, la policía, que sirve como alcalde auxiliar o ningún otro oficio público donde tiene que ejercerse la fuerza corporal. Todo pleito, lucha y contienda se irán de la vida de uno que se convierte. Nada de esto tendrá ninguna parte en la vida del miembro de la iglesia cristiana.

La Biblia enseña una clara separación de la iglesia cristiana y el estado. Los que gobiernan en los asuntos del mundo tienen una obra muy distinta de la misión de la iglesia. Lea Romanos 12 y 13. Estos capítulos ponen en oposición la obra de los dos. El estado es ordenado por Dios para esforzar la ley. Como cristianos lo debemos obedecer en todo que no se opone a la ley de Dios. Los administradores de la ley son siervos de Dios, pero no hijos de El, como lo son los cristianos. El que vota en las elecciones se identifica con el estado. ¿Qué sería peor, ser alcalde, o hacer a otra persona alcalde? En un gobierno democrático toda la población gobierna, a menos que no vota. No votar es la única posición que la iglesia cristiana puede tomar.


SUS ORDENANZAS

La iglesia cristiana reconoce siete ordenanzas bíblicas. Las ordenanzas son símbolos terrenales, mandados directamente por la Biblia, que nos recuerdan de principios celestiales. Son los siguientes:

  1. El bautismo con agua. Esta ordenanza es dada numerosas veces en el Nuevo Testamento. ". . . Bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo" (Mateo 28.19). "El que creyere y fuere bautizado, será salvo" (Marcos 16.16). Significa espiritualmente la aspiración de una buena conciencia hacia Dios. "El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una buena consciencia hacia Dios) por la resurrección de Jesucristo" (1 Pedro 3.21).

  2. La santa cena. Cristo la instituyó y dijo, "Haced esto en memoria de mí" (Lucas 22.19). "Todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga" (1 Corintios 11.26). El sufrimiento y muerte de Cristo son la base de nuestra salvación. Cristo no quiso que este hecho nunca saliera de nuestra mente.

    La santa cena pierde su valor espiritual cuando se celebra con pecadores. "El que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí. Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen. Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados (el uno por el otro); mas siendo juzgados, somos castigados por el Señor, para que no seamos condenados con el mundo" (1 Corintios 11.29-32).

  3. El lavamiento de los pies es una ordenanza que Jesús instituyó inmediatamente después de la última cena de la pascua. El dijo, "Si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros" (Juan 13.14). En este humilde acto de servidumbre el Señor soberano puso el ejemplo perfecto de la humildad y la igualdad para Sus seguidores. La humildad y la igualdad son básicas de la unidad y el amor en la iglesia. Sin éstas la iglesia pierde su alma misma. La perdición de esta ordenanza es uno de los primeros pasos que conduce a esta triste fatalidad.

  4. El velo de la mujer cristiana es señal de autoridad y de su sumisión al hombre, Cristo, y Dios, quienes constituyen su cabeza. 1 Corintios 11 nos enseña que vestirse sin éste le es vergonzoso. Descubierta ni aun puede orar o profetizar. El velo no posee poder mágico, pero la obediencia sí le trae poder divino y bendición sublime. "Que se cubra" (1 Corintios 11.2-16).

  5. El matrimonio es también una ordenanza con mucha significación espiritual. Como institución tiene la historia más larga de cualquier ordenanza, pues Dios la instituyó en el Edén. Es para la pureza de la raza humana, la felicidad del hombre, la propagación de la humanidad y nunca para ser anulado. "No son ya más dos, sino una sola carne . . . Lo que Dios juntó no lo separe el hombre" (Mateo 19.6). La Biblia prohíbe el divorcio y segundas nupcias (Mateo 5.32; Marcos 10.11,12; Romanos 7.1-3).

  6. El ósculo santo muestra el amor, la unidad y la santidad que existe entre la hermandad. Es mandado cinco veces en el Nuevo Testamento (Romanos 16.16; 1 Corintios 16.20; 2 Corintios 13.12; 1 Tesalonicenses 5.26; 1 Pedro 5.14). El ósculo santo no es el beso común que se usa para mostrar afección natural. Entre miembros de la iglesia cristiana el ósculo santo se practica hermano con hermano y hermana con hermana como señal del amor santo.

  7. La unción con aceite. Esta ordenanza es para la sanidad del cuerpo. El aceite no sana, sin "el Señor lo levantará." En esta ordenanza el Señor pone a prueba la fe, la oración y la obediencia. Con la propia fe, oración y obediencia tenemos la promesa que un milagro se afectará, y la sanidad, un don de Dios, será restaurada.

LA APOSTASIA

Hemos tratado brevemente sobre la enseñanza de Cristo y los apóstoles en cuanto a la iglesia cristiana. Tal vez la pregunta que le asombra ahora será, "¿Por qué no vemos ninguna iglesia hoy día que practique estas normas bíblicas?" o "¿Por qué hay tan pocas que lo hacen?" La contestación a su pregunta se dice en pocas palabras. Es por causa de la gran apostasía. Apostasía quiere decir "caída de la iglesia de las altas normas bíblicas". Es un gran engaño. Es una tragedia. Es la perdición de millones de almas.

La apostasía de la iglesia fue predicha aun en los primeros años de la iglesia primitiva. Cristo mismo dijo, "No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos" (Mateo 7.21). El apóstol Pablo advierte, "El día del Señor . . . no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición" (2 Tesalonicenses 2.2,3). Hablando a la iglesia infante de Efeso, Pablo dijo apenado, "Yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño. Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos" (Hechos 20.29,30).

"Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios" (1 Timoteo 4.1).

Amigo, vivimos en esos postreros días. Las iglesias que se ven en todos lados las cuales no practican las altas normas de la Biblia son de las que el apóstol se refirió cuando dijo "algunos apostatarán." Las profecías se han cumplido. La venida del Señor ya se acerca. ¡Vele, cristiano! "Velad y orad, para que no entréis en tentación." El peligro de dejar la fe es más grande ahora que nunca, pues abundan la iglesias falsas, y las otras tentaciones diabólicas no disminuyen.


LA ESPERANZA

Casi todas las iglesias han apostatado, y ahora ¿qué diremos? ¿Lamentaremos y diremos que no hay esperanza? ¡Nunca! pues hay esperanza. Mientras las iglesias van cambiando de mal en peor, la Biblia permanece lo mismo. Dios es el mismo, y Su Espíritu Santo está con nosotros si sinceramente queremos volver a Dios. El mismo Señor Jesucristo puede salvar a pecadores hoy día. El quiere edificar Su iglesia sobre la misma base que la iglesia primitiva. Y ésta, la iglesia cristiana de hoy día que aún mantiene la norma bíblica, es la única luz en este mundo obscuro; es la única sal que preserva la tierra de la ira de Dios. Levantémonos y edifiquemos; la obra es grande.

Si su pueblo o aldea todavía no tiene una iglesia cristiana en el sentido bíblico, déjenos darle tres puntos que son claves al avivamiento real. Estos tiene que preceder al establecimiento de una iglesia bíblica en cualquier comunidad.

  1. Limpie su propio corazón y vida de todo pecado. No cese con nada hasta que haya hecho su vida tan pura como Dios la puede hacer. Sea honesto. Ayune y ore, pidiéndole al Señor que le muestre cualquier rasgo de pecado que quede en su vida todavía. Escudriñe el Nuevo Testamento, y aplique a su propia vida todo lo que el Espíritu Santo le revela allí. Confiese todo pecado, no importa que tan pequeño parezca, y arrepiéntase de ello. Ahora el avivamiento ha principiado. Usted ha sido revivido.

  2. Ore y ayune por otras almas--su familia, sus vecinos, sus compañeros de trabajo. Hable de su interés con otras personas que, como usted, quieren ver un avivamiento y el establecimiento de una iglesia bíblica en su comunidad. Júntense como un grupo, no importa que tan pocos sean, y oren regularmente por una iglesia bíblica. Sigan escudriñando la Biblia juntos y apliquen cualquier otra enseñanza que encuentren allí.

  3. Ande. Busque una iglesia bíblica. Tal vez sabe de una tal iglesia en alguna otra parte. Puede que no sea fácil, o que no la encuentre pronto, pero el que busca con corazón sincero será recompensado. No se sastisfaga hasta que encuentre una que enseña y practica todos los mandamientos y ordenanzas de la Biblia. Cuando la encuentre, dé gracias a Dios. Es El quien le ha guiado. Ahora su deber será someterse a ella, pues la iglesia bíblica es la portavoz de Dios en el mundo. "Dios . . . sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia" (Efesios 1.22). Con la ayuda de los hermanos en esta iglesia podrá establecer una iglesia cristiana en su comunidad que brillará como luz al mundo y que alcanzará a muchas más almas perdidas.
"Sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella" (Mateo 16.18).

Si desea mandar pedir copias impresas de este folleto, comuníquese con Publicadora Lámpara y Luz.

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